En algún lugar de mi casa tengo un cuadro. Una foto tomada en un diner en Filadelfia por un gran amigo y hermano de música, Zachary Towne-Smith hace más de 20 años, muestra a un cocinero, sonriendo y sirviendo un sándwich.

Guardar el mejor ingrediente para un evento especial. El mantel más fino para las visitas más ilustres. La vajilla especial para esa cena de navidad que nunca haremos…

El cambio es constante aunque hay momentos en los que este se da de manera abrupta. Ocurre en la ciencia, en la evolución, en el conocimiento y en nosotros como seres humanos. De un día para otro todo es diferente.

Aceptar que estás equivocado. Comerte tus palabras. Dar tres pasos para atrás y replantear.

Todo esto requiere hacer el orgullo de lado, tomar valor y aceptar.

Soy de la generación que no habla. Nací a mediados de la guerra civil, me enseñaron a estar callado, a no reclamar y a no meterme en política.

Una mente ocupada es una mente creativa.

Un dicho reza: "La necesidad aguza el ingenio". ¿Cuántas soluciones hemos encontrado en la vida por el simple hecho de no tener tiempo para pensarlas?  La falta de tiempo nos hace ser prácticos, buscar respuestas simples y eficientes y a actuar sin temor a equivocarnos, aunque lo hagamos. Ráfagas de creatividad pueden venir en tiempos muy cortos si tenemos de dónde sacarlos.