sal.gt#19
El proceso de elaboración y "lanzamiento" de los productos que enviamos en cada edición siempre incluye una etapa de investigación que inicia con la historia, origen y usos a lo largo del tiempo de los ingredientes que estamos utilizando. Algunos son muy directos y la información es fácil de encontrar, en otros casos toma un poco más de esfuerzo, pero lo más divertido es cuando te topas con algo que rompe los esquemas que tenías incrustados y que renueva el conocimiento previo con ideas distintas.
Y es que si algo me han dejado mis antecedentes en ciencia es que uno tiene que estar dispuesto, en todo momento, a cambiar de opinión cuando recibes información comprobable que contradiga lo que antes pensabas. El conocimiento y la ciencia son fluidos y van cambiando con los tiempos. Sufren de una vida media que los rinde obsoletos con la edad. Por el contrario la creatividad y el arte que podemos encontrar, por ejemplo, en una receta, pueden ser perpetuos y anacrónicos.
Una información nueva que me llegó durante el proceso de investigación de este mes fue que el origen del maíz negro, grano que tanto hemos celebrado en nuestra gastronomía en los últimos años, no está dentro de nuestros ancestros mayas, ni siquiera en los aztecas. El maíz negro fue desarrollado antiguamente por los Hopi, antiguos habitantes de la meseta central de Estados Unidos, especialmente en el área de Nuevo México como una cepa resistente a las sequías. En América del Sur fueron desarrolladas de manera paralela cepas de maíz morado, muy similar pero se diferencia en que el color morado se extiende hasta el olote. Esta información fue para mi sorprendente, pero es solo una evidencia más de que en todo el continente americano fuimos, somos y seremos gente del maíz.
Una vez más, recibes productos de los cuales estamos muy orgullosos y el estreno del Pelibuey dentro de los animales que procesamos. Disfrútalos y nos vemos el próximo mes.