sal.gt#56 - Madurar
Dejar que el tiempo pase. Que las olas suban y las olas bajen. Que las fases de la luna pasen, una tras otra. Una tras otra. Los alimentos y las personas nos vemos transformados por el paso del tiempo. Madurar implica llegar a un punto de culminación en donde la calidad estará en su máximo esplendor. El mejor punto de añejado es un instante en el tiempo. Ese momento en que la satisfacción será la máxima y nuestras expectativas, probablemente superadas. La calidad en la mayor parte de casos es relativa. Depende mucho de la persona, del contexto, la inversión que hayamos hecho para obtener el producto y de otros factores alrededor que podamos evaluar.
Después de ese instante, sin importar cuál sea su duración, empezará el deterioro. ¿Será? Yo pienso que más bien seguirá evolucionando. No sólo el producto, el mismo evaluador habrá captado nuevas experiencias que cambiarán su percepción. La calidad es subjetiva. El punto de maduración también. Es imposible decidir si es mejor un mango verde que uno ya maduro... y si lo dejamos más tiempo, puede empezar a fermentarse dándonos otros sabores, otras notas y otra experiencia. Con la charcutería, es muy similar, al igual que con los quesos.
El punto está en disfrutar el momento de lo que estamos nos llevamos a boca. Estar conscientes de que estamos probando un punto único en su evolución y, a lo mejor, dejar de pensar en conservar ese momento. Si abrimos nuestros sentidos, nos daremos cuenta que todo está ahí y aprenderemos a escoger nuestro momento favorito. El punto óptimo entonces pasa a depender del uso que le demos al producto.
Esta reflexión nació pensando en la salsa XO que pusimos en la caja de este mes. XO del nombre que se le da al cognac o a los rones estra añejos y que en Hong Kong fue aplicado para darle sabor a esta salsa lujuriosa que puede mejorar cualquier cosa.
Peter Meng