sal.gt#47 - El principio es el fin
Ciclos y rutinas. El día termina y da paso al siguiente. Nos medimos en base al ciclo del sol y a nuestro ciclo alrededor del sol. Llegan momentos en que caemos en una rutina donde cada día es idéntico al anterior.
Sale el sol. Café. Te bañas. Te vistes. Sales de tu casa. Trabajas. Almuerzas. Trabajas. Regresas a casa. Tráfico. Cena. Un trago. Dormir. Sale el sol. Vuelve a empezar.
Si te sumerges mucho en él, se pierde la noción del tiempo, de los días y del momento. El ciclo se puede alargar si lo ves desde otra perspectiva. Es lunes, el ciclo de la semana empieza. Es domingo, termina. Es primero del mes, empieza otro ciclo. Llega mayo, empieza a llover. Arranca la temporada de loroco. Ponemos el fuet y un mes después se cierra ese ciclo. Vivimos con ciclos sobrepuestos. Uno encima del otro y aunque nunca nos bañemos con la misma agua en un río, esta sí cumplió su ciclo y regresará a nosotros de alguna manera.
Son los detalles los que nos hacen salir. Una comida distinta. Una visita. Una junta con amigos. Dentro de un mes no te recordarás si el café de esta mañana estaba caliente o frío. Pero recordarás haber visto a esa persona. O haber probado algo distinto.
Detenerte y oler las flores. Detenerte y oler la comida. Romper el ciclo, romper la monotonía. Cuando comes, cuando platicas, cuando caminas. Salir de tu casa y en vez de cruzar a la izquierda, cruzar a la derecha. Si rompes el ciclo, creas recuerdos que la rutina no permite. Pero no puedes escapar de él. El sol se va a poner y saldrá mañana. Dentro de un par de meses dejará de llover y el clima empezará a enfriar. Cerraremos el ciclo grande del año.
Sale el sol. Café. Te bañas. Te vistes. Sales de tu casa. Trabajas. Almuerzas. Trabajas. Regresas a casa. Tráfico. Cena. Un trago. Dormir. Sale el sol. Vuelve a empezar.
¿Qué hiciste hoy para romper el ciclo?