sal.gt#25 - El poder del accidente
"Tocar la nota equivocada dos veces seguidas es el principio de un arreglo." - Frank Zappa
Muchas veces, tanto en cocina como en la vida, cuando hacemos algo, esperamos que el resultado obtenido sea el que habíamos puesto en la mira desde un principio. Si el fruto que queda en nuestras manos al final no es el que queríamos, tendemos a sentirnos frustrados o decepcionados.
Recuerdo perfectamente durante mis primeros años de universidad, la consigna era de nunca empacar vegetales al vacío, ya que la ausencia de oxígeno activaría las levaduras en el producto y este se fermentaría. Durante muchos años, seguí esta consigna como que fuera una ley de oro, inquebrantable bajo pena de muerte. Hoy en día, empacar vegetales al vacío es una de las técnicas utilizadas para fermentar vegetales en algunas de las mejores cocinas del mundo. Si en esa época universitaria nos hubieran permitido cometer el error de empacar vegetales al vacío, probablemente nos hubiéramos topado con un delicioso sauerkraut o un rico encurtido. Claro, habríamos tenido que tener también la apertura de mente y análisis para probar el resultado y no simplemente tirarlo. Pero la rigidez académica muchas veces no permite accidentes, o por lo menos no nos enseña que hacer con ellos. La penicilina, el horno microondas, los rayos x, el velcro y hasta el chocolate tal como lo conocemos han sido resultados de accidentes, pero mucho más que el accidente en sí, lo que ha provocado esos grandes saltos hacia adelante, ha sido el tener los ojos abiertos y la actitud para sacar lo mejor de ese resultado no esperado.
En cocina, en ocasiones nos toca vivir con esos accidentes en pleno servicio y tomar decisiones en cuestión de segundos que causarán impacto en lo que se esté preparando. Y a veces, resultan siendo geniales. Así que disfruta esta edición (libre de accidentes! la inspiración del editorial no nació de esto) y la próxima vez que algo no salga como esperabas, recuerda que las chocolate chips, las crêpes suzette, los conos de helado, las papalinas y la salsa inglesa también nacieron del poder del accidente.