sal.gt#24 - 2 años en cura

Haber tenido la posibilidad, hace 2 años, de arrancar con un proyecto como sal.gt obedeció a varios factores y probablemente el más importante de ellos es la pasión, esa fuerza que nos guió desde un principio a crear algo original, diferente y de alta calidad.

En ese tiempo, hemos trabajado cerca de 36 cerdos enteros, casi 130 productos distintos (incluyendo aquellos que no han cumplido aún con nuestras expectativas) y hecho casi una decena de pop-ups. Le hemos dado a probar nuestros productos a cocineros que han venido del extranjero, del interior de nuestro país, a amigos, familia y clientes. Salimos en Mister Menú. Hemos servido eventos que nos dan el orgullo de estar en los momentos importantes de la vida nuestros clientes.

¿Cómo no hacerte amigo de alguien que te recibe con esta vista y una cerveza fría?

La primera vez que fui a una reunión con Kevin Bran, de Antigua Brewing Company, recuerdo haberle dicho algo así: "sal.gt es un proyecto tan pequeño que únicamente quiero hacer negocios con mis amistades. Esto quiere decir que si vamos a hacer algo, tendremos que ser amigos." Hoy en día, uno de los frutos de este proyecto (que ya no es tan proyecto) ha sido las amistades que han resultado. Otro de los frutos, es la creatividad, casi constante, en la que tenemos que estar inmersos para preparar todas nuestras ediciones.

Cuando sal.gt empezó, no sabía mucho a dónde iba a ir. Contábamos con un refrigerador viejo que adaptamos para tener las condiciones de madurado, un ligero conocimiento de los procesos y ganas de hacer las cosas. Lo único que quería, era hacer productos que me hicieran sentir orgulloso. No me imaginaba que la charcutería es una madriguera donde me metería, como Alicia, a buscar un conejo y encontraría un mundo que aún no termino de conocer.

Hace poco, revisé mis notas de cuando empezábamos y nuestros principios se mantienen firmes. Hemos mejorado, evolucionado, aprendido y cada día, hecho nuevos amigos con quienes trabajar. Lo que nos queda, es seguir explorando la madriguera y dejar que lo efímero nos lleve.