Sal Charcutería #89 - Que te vaya bien.
“May the good Lord shine a light on you
Make every song your favorite tune
May the good Lord shine a light on you
Warm like the evening sun”
Llega el fin de año y mutuamente nos deseamos buena suerte. Seguimos rituales. Acá los que se llevaban a cabo en mi casa familiar: una docena de uvas, usar ropa interior amarilla, barrer dinero hacia adentro de la casa, quemar la ametralladora de cohetillos más grande que puedas pagar, entrega ritualísitca de hong baos, paquetitos rojos con una cantidad módica de dinero para que los mantengas en tu billetera; "así tienes dinero todo el año", solía decir mi abuelo. Comerse una mandarina y guardar un trozo de la cáscara contigo todo el año, pues el dorado de esta representa riquezas.
Si fuera una mosca en la pared de otras casas, observaría otro sinfín de rituales. En muchas ocasiones, relacionados al origen de la familia, en otros, captados a lo largo de los años a través de matrimonios, como que fueran propiedades. Romper un plato, preparar una maleta y salir de tu casa y volver a entrar, ingerir comidas largas, decorar tu puerta con cebollas... habrá tantos como culturas hay en el mundo, si no es que muchos más.
Pedir buena fortuna es muy humano. El dinero hoy en día es el equivalente a haber pedido buenas cosechas, fertilidad y buen clima hace cientos o miles de años. Dejar la responsabilidad del destino en otras manos. Dentro de todo eso hay tres términos que usamos de manera indiferente cuando no debería ser así.
Fortuna, suerte y prosperidad.
La suerte puede ser buena o mala. La fortuna siempre es buena. Ambas son fortuitas. La prosperidad se refiere más bien se refiere al tema económico y no necesariamente obedece a la casualidad. Son diferentes, pero en general la intención es la misma: que el destino te sonría. Desear un próspero año nuevo es unidimensional.
Mi amigo Tony, del cual ya he escrito varias veces siempre dice algo al brindar: "Amor, Salud, Dinero... y tiempo para disfrutarlo". Así que ese es el deseo para este 2025. Y para que este deseo llegue de la mano de la charcutería, en esta edición te enviamos lentejas y cotechino, todo para que prepares uno de los rituales del año nuevo italiano con la receta adjunta. Y sí, las lentejas siempre han representado dinero por su forma. ¿Será que por eso le llamamos "len" a las monedas?
Peter Meng Sapper
Diciembre 2024