sal.gt #7
El Desayuno.
El desayuno como la comida más importante del día fue probablemente uno de los inventos mercadológicos más importantes del siglo 20. La necesidad con la que contamos nosotros: los de vida de oficina, los que deambulamos por espacios sedentarios y que percibimos la comodidad como un requisito de nuestro diario vivir, de alimentarnos fuertementente todas las mañanas es básicamente nula. Lejos están los tiempos donde una fuerte comida por la mañana era fundamental para obtener la energía necesaria para trabajar físicamente durante el día y donde la incapacidad de tener una comida caliente a la mitad de la jornada requeriría una ruptura fuerte del ayuno.
Hoy en día, el desayuno deja de ser el motor de nuestro cuerpo como lo fue con anterioridad. Sin embargo, su valor cultural no se ha perdido. Hace falta salir a la calle y observar. Jugos de naranja con huevo. Tamales. Envueltos en huevo. Asados con tortilla. Si nos acercamos a restaurantes, vemos buffets, brunches, bloody marys que parecen una comida completa y muchas modalidades más. Estamos lejos de que un desayuno fuerte sea cuestión del pasado.
Siguiendo ese tren de pensamiento, decidimos buscar, tanto geográfica como cronológicamente uno de nuestros desayunos favoritos. Caímos en una cocina que en algún momento representó el poder imperialista, que en otro momento fue el motor de la revolución industrial y que hoy en día, más bien tiende a ser menospreciada por su "simplicidad", que más bien se reduce a su uso de ingredientes de campo y poco procesados.
Se trata del desayuno inglés. Un desayuno que, por excelencia, es una gran muestra del poder gastronómico de esta cultura a altas horas de la madrugada. Imagina en un plato: una salchicha de carne, una salchicha de avena, un trozo de tocino (que incluye el lomo del cerdo), frijoles horneados, dos huevos estrellados, un tomate asado y para terminar, pan recién horneado. Si después de esto, no te sientes con la energía suficiente para conquistar el mundo, nunca lo harás.