Sal Charcutería # 85 - Improvisando
La improvisación es la base del progreso. El ser humano es adaptable por naturaleza y, en la mayor parte de casos, ha sido puramente resultado de nuestro actuar instintivo. Analizar los puntos que importantes de una situación y actuar en una fracción de segundo es una de las cosas que nos hace especiales. Si lo pensamos, es realmente impresionante. Tener la capacidad de, en menos tiempo del que me toma escribir una palabra, recibir información de los sentidos, analizarla, buscar dentro de nuestro archivo de experiencias una situación similar y reaccionar es algo que hacen doctores, bomberos y deportistas extremos pero también lo hacemos los seres humanos a diario.
Nos enseñan que el instinto es primitivo, sin embargo, creo que viene en partes iguales de nuestros cerebro racional como del primario. Conforme acumulamos experiencia en nuestra vida, la intuición afina en los temas donde nos especializamos y aprendemos a reaccionar automáticamente ante las situaciones. A pesar de que Miles Davis improvisaba la mayor parte de las notas que salían de su trompeta, sabía cuál tocar debido a que la experiencia dictaba intuitivamente, a dónde tenían que ir sus dedos, de qué manera sus labios apretaban la boquilla de la trompeta y con qué intensidad sus pulmones soplaban. Todo eso, mientras escuchaba a los demás músicos alrededor de él para ir pensando 4, 8 o 12 compases adelante. Y todo lo hacía con la seguridad en sí mismo de que saldría bien. Imagina nada más cuántos músculos su sistema nervioso accionaba de una manera sumamente precisa en una fracción de segundo.
En la comedia de improvisación existe la regla “Sí, y…”, la cual significa que a cada situación que se te presente dirás que sí y agregarás algo más. Es fácil pensar cómo esto puede aplicar a otros renglones de la vida. La primera parte, el “Sí”, nos hace aceptar la situación. La negación solo va a postergar la acción y a su vez hará que lo que te llevó a ese punto quede sin cambiar. Luego, el agregar algo más es donde le darás ese toque personal de tu caja de experiencias para encontrar una solución. En la comedia, un chiste, pero en la vida, el desenlace de la situación.
Improvisar es pensar tan rápido que ni tu mismo cerebro se da cuenta. Improvisar es tan humano como animal y al mismo tiempo nos separa del resto del mundo. Agrégale más a tus “sí”.